martes, 27 de marzo de 2012

Luis Eduardo Páez García Poeta, prosista y académico, nacido en Ocaña el 1º. De febrero de 1950. Hijo de Luis Eduardo Páez Courvel y Margarita García Páez. Cursó estudios de primaria en el Colegio de Fátima y en el de San Luis Gonzaga; secundaria en el Colegio Nacional de José Eusebio Caro y en el Liceo de Los Alpes de Bogotá. Ha ocupado cargos oficiales en la Contraloría General de la Nación, Contraloría de Cundinamarca y Empresa Municipal de Servicios Varios de Barrancabermeja. En 1987 se desempeñó como investigador histórico del Instituto Colombiano de Cultura. Ha sido también docente del Colegio de Educación Media Fátima (1996), Jefe de Redacción del periódico Rizoma (1996), miembro de Número, Secretario, Fiscal y Presidente de la Academia de Historia de Ocaña y Secretario Técnico del Consejo Municipal de Cultura de Ocaña en dos oportunidades. Se ha desempeñado como director de la Biblioteca Pública Municipal Luis Eduardo Páez Courvel en dos ocasiones: 1997-1998 y de junio de 2001 a mayo de 2004. Ha colaborado con los periódicos Actualidad, Problemática Liberal, Rizoma, Ocaña Siete Días, Noti U, y Nuevo Meridiano, de Ocaña; diario La Opinión de Cúcuta, Vanguardia liberal de Bucaramanga; las revistas Hacaritama, de la Academia de Historia de Ocaña, Acrópolis, Nueva Revista Colombiana de Folclor, Nuestra Ingeniería, revista de la Cámara de Comercio de Ocaña y otras publicaciones regionales. Cofundador, junto con Alvaro O´Meara Quintero, del periódico Combate (1969) y fundador del boletín cultural de la Biblioteca Pública Municipal "Luis Eduardo Páez Courvel", El Renacimiento (1997). En la radio de Ocaña, ha colaborado con Radio Sonar, de Caracol y la U FM Estéreo, de la Universidad Francisco de Paula Santander. Su poesía se inscribe en la temática social, aunque cultiva también los temas líricos tradicionales, como el amor, la muerte, la soledad, el paisaje nativo. Es miembro de Número de la Academia de Historia de Ocaña; miembro correspondiente de la Academia de Historia de Norte de Santander; la Cámara de Comercio de Ocaña lo distinguió como Personaje del Año 2001, en la modalidad cultural. La Alcaldía del municipio de El Carmen lo distinguió con la Medalla al Mérito "Enrique Pardo Farelo", como reconocimiento a su labor cultural en pro de la cultura provincial. Obras: Voces y silencios. Poesías (1974); Rafael Contreras Navarro y la historia musical ocañera (Lecturas de Música Colombiana, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Bogotá, 1989); La creencia como factor de identidad cultural (1993); Historia de la Literatura Ocañera (revista Hacaritama), Guía Turística de Ocaña (1998), y una segunda edición corregida de la misma en 2002. Entre sus obras inéditas se destacan: Ocaña: tradiciones, leyendas y costumbres de una provincia colombiana; Cantos hacaritamas y otros cantos (poemario); Ocaña, siglo XX; La mujer en la historia de Ocaña; Historia de la fotografía en Ocaña; Especies vegetales de Ocaña.


HIMNO DE OCAÑA

EL MERCADO PÚBLICO DE OCAÑA: CRÓNICA DE UNA TRAGEDIAPor Luís Eduardo Páez García
El viernes 26 de enero, pasadas las 5 de la tarde, varios propietarios de locales en el Mercado Público de Ocaña, departían amigablemente unas cervezas en un establecimiento contiguo a las instalaciones del centro expendedor más grande y antiguo de la ciudad, cuando percibieron el olor a humo.
De inmediato, acudieron en busca de los celadores del lugar y, en vista de que no fue posible hallarlos, procedieron a romper el candado de una de las puertas de acceso e ingresaron a las instalaciones. Las llamas ya se habían extendido, silenciosamente, y no fue posible sofocarlas con los extintores que encontraron a mano.
De inmediato, procedieron a llamar al Cuerpo de Bomberos de la localidad. El Teniente William Pacheco, diligente Comandante de la Unidad, ordenó el desplazamiento de las tres unidades al sitio reportado, que fueron reforzadas por una unidad de Aguachica y la máquina del Aeropuerto de Aguas Claras. Según su declaración a los medios de comunicación, tuvo que sortear, antes de llegar al Mercado, los cotidianos trancones y la falta de colaboración de conductores que aún no entienden que hay que ceder el paso a los vehículos de bomberos, ambulancias o móviles de la Policía, cuando suenan las sirenas respectivas. Al llegar al Mercado, el incendio había cobrado ya proporciones significativas y decenas de curiosos de apostaban en las calles y carreras en torno al inmueble. Muchos de los curiosos, angustiados ante el incendio, se convirtieron en espontáneos voluntarios que, en vez de permitir la agilización de las tareas bomberiles, obstaculizaron las mismas, armando tremendo lío con las mangueras. Las horas fueron transcurriendo y la conflagración tomó proporciones dantescas. Llantos y gritos se escuchaban por doquier.
La fuerza pública, pese a su oportuna intervención casi se vio impotente para contener a los dueños de los locales que querían ingresar a la fuerza al Mercado, pese al riego evidente de explosiones y derrumbes de la vieja estructura. Un intenso olor a productos químicos se esparció por el ambiente, producido por la combustión de infinidad de materiales agroquímicos almacenados en varios comercios. Lo más doloroso del caso fue el saqueo a residencias y negocios por parte de desadaptados sociales que aprovecharon la confusión reinante. Por fortuna, la Policía Nacional y el Ejército lograron contener a los vándalos. 
En Ocaña, la actividad del Mercado ha sido diaria, de manera contraria que en el resto del país donde se efectúan mercados semanales; así lo registra don Manuel Ancízar en su obra Peregrinación de Alpha, escrita en 1850. Desde finales del siglo XIX, la prensa local comenzó a debatir el tema de la construcción de una plaza de mercado en la ciudad. Sin embargo, no fue sino hasta el 17 de enero de 1943 cuando se concluye y se inaugura el MERCADO PÚBLICO, siendo gobernador del Departamento el doctor Carlos E. Ardila Ordóñez. En el acto solemne de inauguración, llevó la palabra el doctor Carlos Quintero Hernández, Presidente del Concejo Municipal. La obra fue construida por el municipio en un lapso de 14 meses, con una inversión de $90.225.57. La edificación constaba de dos plantas, 40 locales para tiendas, 87 mesas recubiertas de granito, de las cuales 16, dedicadas a los expendios de carne, estaban encerradas en malla para proteger los productos de las moscas. Así mismo, contaba con 20 puertas de hierro, 8 de ellas enrollables, 9 inodoros y varios lavamanos, según lo registra el historiador Guillermo Solano Benítez en el Tomo 3 de su obra 50 años de vida nortesantandereana.
El Mercado fue construido por el italiano Aladino Benigni, quien fue autor también del Teatro Avenida.
Con el tiempo, la falta de planificación urbana, la desidia de las administraciones, etc., el Mercado se fue convirtiendo en un evidente riesgo para usuarios, propietario y todo el sector aledaño.
Una verdadera "bomba de tiempo", según afirmó el Teniente William Pacheco quien, de pasó, señaló que hace ya varios años el Cuerpo de Bomberos ofició a las autoridades locales sobre el riego que corría el Mercado Público.
Resultados: Pérdidas económicas que fluctúan, según los entendidos, entre 8 y 10 mil millones de pesos, la angustia de los damnificados y la posibilidad de un traumatismo en el abastecimiento de víveres para la población ocañera.
Créditos de las fotografías: 1. Diario La Opinión, de Cúcuta. 2. Cincuenta Años de Vida Nortesantandereana. 3. Archivos de Jairo Pérez Arévalo. 3 y 4: Página www.ciudadocna.com

E INSTALA EL CENTRO DE HISTORIA DE ÁBREGO
Por Luís Eduardo Páez García


En una sobria ceremonia, realizada en la Casa Cural de Ábrego el viernes 19 de marzo, se llevó a cabo el acto de instalación del Centro de Historia de este municipio, creado mediante Acuerdo Nº 015 de 24 de agosto de 2009. El doctor Wilmar Arévalo, Alcalde municipal, fue el encargado de oficializar el Centro de Historia y de entregar los primeros Diplomas a las personas que figurarán como Miembros de esta nueva entidad de investigación histórica de la región de Ocaña.
En la misma ceremonia, se presentó la obra De los caminos de la Cruz a los cuentos de Mamá Pacha, del historiador y académico José de la Cruz Vergel Jaimes, encargado de la Casa de la Cultura del municipio y uno de los más sobresalientes gestores culturales de Ábrego. Durante la instalación del Centro de Historia, llevaron la palabra el doctor Wilmar Arévalo, Luis Eduardo Páez García, Presidente de la Academia de Historia de Ocaña, Monseñor Carlos Castro Lanzziano, a quien se le tributó un sentido reconocimiento, y don José de la Cruz Vergel.
Toda esta actividad cultural que inició en las horas de la mañana con la participación de los centros educativos, hizo parte de la apertura oficial de la conmemoración de los 200 años del poblamiento de Ábrego.